El cambio personal comienza en una decisión única e intransferible: “Sé y siento que necesito ayuda”. Desde ahí podemos comenzar a trabajar face to face en un marco cercano, profesional, afectivo y neutro todas las cuestiones relativas al momento vital que atravieses así como los síntomas que te impiden continuar mirando hacia otro lugar.

Conocer los síntomas, las inquietudes, el malestar o el desasosiego es el primer paso para determinar las necesidades más urgentes a atender y resolver en la terapia.

No obstante serán la punta del iceberg de una historia vital, emocional, circunstancial y relacional que nos ayudará a reconocer elementos tan importantes como los mandatos, los guiones de vida, las repeticiones, las tendencias, las resistencias, los contenidos inconscientes (y los conscientes) o las narrativas personales sobre la propia historia vital.

Y así poder darle a los síntomas que te desestabilizaron ese justo lugar que les corresponde, escucharles, darles sentido antes de librarnos de ellos, con la plena intención consciente de que generes el cambio personal preciso para que no necesiten reaparecer más adelante.